viernes, 28 de febrero de 2014

Un joven con discapacidad intelectual logra el Certificado de Profesionalidad

Un joven con discapacidad intelectual va a obtener por primera vez en Navarra un Certificado de Profesionalidad en un curso abierto de Formación para Desempleados. Tras quedar incluido en un proceso de selección normalizado, el Ayuntamiento de Pamplona puso los medios para adaptar los contenidos a su perfil.



Este joven, con síndrome de Down, terminará esta semana su formación teórica y práctica. En concreto, a lo largo de los últimos seis meses, Iker San Miguel se ha estado capacitando como Auxiliar en viveros, jardines y centros de jardinería.
Esto ha sido posible, según ha destacado el Ayuntamiento en un comunicado, gracias a su esfuerzo, al apoyo de los otros compañeros de curso, que han valorado muy positivamente la experiencia, y a la labor de sus monitoras: la de jardinería, María José Moreno y la de apoyo, Manaik Riviere.

Desde el Programa de Formación para el Empleo del Ayuntamiento de Pamplona se realizó un proceso de selección de 20 candidatos para ese curso de formación, conforme a un baremo único. Hubo 80 solicitudes el mismo día en que se abrió el plazo de inscripción y, en la lista obtenida tras las valoraciones, San Miguel quedó el número 17.

Los cursos de Formación para Desempleados se realizan en colaboración con el Servicio Navarro de Empleo. Este tipo de acciones pretenden la formación ocupacional para personas en desempleo en pro de su inserción laboral y el Ayuntamiento de Pamplona, como centro de formación acreditado por el SNE, puede impartir formación vinculada a la obtención de Certificados de Profesionalidad.

Lo primero para permitir el acceso de San Miguel a este curso fue preparar material adecuado y hacer la adaptación curricular. María José Moreno, la monitora de jardinería, usando de apoyo material en préstamo del CREENA, el Colegio El Molino y el Instituto de F.P. Agroforestal, comenzó a preparar fichas específicas para el alumno. El Consistorio contrató, además, a una monitora de apoyo -Manaik Riviere- con experiencia en docencia y discapacidad intelectual, y a partir de ahí se inició el proceso.

El alumno, como el resto de sus compañeros, comenzó en septiembre la formación teórico práctica que, hasta el 28 de noviembre, le supuso dedicar 5 horas diarias a estos contenidos en el Centro de Formación Municipal Casa Irujo (Vuelta de Aranzadi). Las pruebas de evaluación se adaptaron a sus necesidades, siempre garantizando la adquisición por el alumno de los conocimientos mínimos, y de hecho fueron haciéndose más complejas en su formulación a lo largo del proceso.

PRÁCTICAS EN LOS VIVEROS MUNICIPALES

Tras superar los módulos, incluyendo trabajos grupales y la confección de un herbario, se requería para poder obtener el Certificado de Profesionalidad que acredite su cualificación la realización de 80 horas de prácticas, que terminan este viernes y que, en concreto Iker San Miguel, está haciendo en los viveros municipales.

El trabajo práctico ha requerido menos trabajo de adaptación porque el alumno tenía adquiridas las destrezas mínimas necesarias, gracias a sus estudios previos en el Instituto de F.P. Agroforestal y las prácticas realizadas a lo largo de los tres meses de curso. De hecho actualmente San Miguel compatibiliza sus prácticas en el vivero con un trabajo a media jornada en otra institución.

El alumnado que participa en estos cursos obtiene un Certificado de Profesionalidad de nivel 1 que habilita para trabajar como peón de horticultura, jardinería, agrícola, viveros y centros de jardinería. Además, a los participantes se les imparte como complemento a sus conocimientos, formación en búsqueda activa de empleo, atención al cliente y autoempleo.

Desde ese punto de vista Iker San Miguel ha conseguido acceder a un nivel de formación y a unas posibilidades de inserción que, hasta ahora, no estaban habilitadas para personas con su perfil.

Según lo expresado por el resto del grupo, sus compañeros se han visto enriquecidos por la experiencia de convivir con una persona con un sistema de aprendizaje distinto, les ha ayudado a perder el miedo al trato cotidiano con alguien diferente y a una mejor aceptación de la diversidad social.

Finalmente para el Consistorio la experiencia sobrevenida de este proceso de selección-formación ha supuesto "un paso de flexibilización de criterios y de adaptación de metodologías, que a tenor de los resultados, podría prolongarse y extenderse en el tiempo y en diversos ámbitos de actuación". "La idea final es que este proceso puede considerarse como un paso adelante en favor de un mejor aprovechamiento de las capacidades y aptitudes de todos los ciudadanos", ha añadido.


Fuente: Diario de Navarra

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